La historia secreta del Louvre: De fortaleza a palacio y a museo

El Louvre que hoy conocemos como un museo de arte de renombre mundial tiene una historia fascinante que se remonta a más de 800 años. No siempre fue un palacio lleno de pinturas y esculturas; fue una fortaleza medieval, una residencia real y un símbolo del poder francés.

Una fortaleza para proteger la ciudad La historia comienza a finales del siglo XII, cuando el rey Felipe II construyó una fortaleza en el lugar para proteger París de los ataques vikingos. Los restos de este castillo medieval, incluidos los cimientos del foso original y la torre del homenaje, todavía se pueden ver en el sótano del museo hoy en día. Este primer Louvre fue una formidable estructura militar, muy lejos del elegante palacio que vemos ahora.

El Renacimiento y la transformación real A lo largo de los siglos, la fortaleza se transformó gradualmente. Los cambios más significativos comenzaron durante el Renacimiento, cuando Francisco I demolió la antigua torre del homenaje y encargó a los arquitectos la construcción de un gran palacio real. Comenzó la colección de arte real que algún día se convertiría en el núcleo de las posesiones del museo, adquiriendo notablemente la Mona Lisa de Leonardo da Vinci.

El centro del poder real El Louvre continuó creciendo bajo monarcas sucesivos, incluida Catalina de Médici, que construyó el Palacio de las Tullerías, y Luis XIV, que se mudó a Versalles pero dejó un legado de grandes proyectos arquitectónicos. El extenso complejo fue ampliado y decorado con las mejores obras de arte y muebles, reflejando el inmenso poder y la riqueza de la monarquía francesa.

El nacimiento de un museo público La Revolución Francesa marcó el punto de inflexión. En 1793, el gobierno revolucionario abrió el "Musée Central des Arts" en la Grande Galerie, haciendo accesibles las colecciones reales al público por primera vez. Fue una idea radical que transformó un símbolo del poder aristocrático en una institución cultural para todos.

Hoy, cuando caminas por los pasillos del Louvre, no solo estás caminando por un museo, sino también a través de siglos de historia francesa, desde un humilde fuerte medieval hasta la sede de un imperio, y finalmente, el palacio de arte más famoso del mundo.